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Vanessa Alonso |
Vanessa Alonso nació en Matanzas, Cuba, una mañana del 14
diciembre de 1971, sin saber que la fotografía se convertiría en parte
de su vida. Creció entre pinturas de Rembrandt, Van Gogh, El Greco,
Kandinsky, en un hogar donde primaba el arte. Recuerda que su abuela la
escritora Digdora Alonso la dormía todos los días leyéndole El
principito, El Diario de Ana Frank y Las Mil y Una Noches. Digdora
sembró en ella la sensibilidad por el arte.
Cuando llegué a Miami
decidí asumir el apellido de mi abuela pues a ella le debo lo que hoy
soy- afirma la fotógrafa. Hoy soy y seré Vanessa Alonso. Pocos me
asocian como la hija de Reynaldo Ruiz.
Estudió educación preescolar pues adora a los niños y luego animación turística, especializándose en animación infantil.
Hace aproximadamente seis años, tomó un curso de fotografía en la ACAA de Matanzas y fue allí que conoció el amor.
Luego de culminar el curso de fotografía en Matanzas, decide tomar
clases con el profesor Félix Arencibia, es así que todos los fines de
semana durante meses viajaba de Matanzas a La Habana haciendo autostop,
que era la única manera de hacerlo, pero el sacrificio valió la pena, ya
que pudo recibir las clases magistrales que impartía el profesor
Arencibia. Tambien tomó cursos de naturaleza cubana para fotógrafos y
macrofotografía con profesores de la talla de Carlos Bastón. Durante esa
época se vincula estrechamente con la Fototeca de Cuba, participando en
eventos y coloquios de fotografía.
Su primer trabajo como
profesional del lente lo realizó en el Periódico El Humedal, de la
Ciénaga de Zapata en el año 2007. De la ciénaga nos trajo rostros de
iningualable ternura y niños que asustados miran por primera vez un
lente apuntándoles al rostro. De la ciénaga nos trajo la sencillez del
guajiro que ofrece todo sin poseer nada. La sencillez del cubano que
pocos tienen la dicha de conocer.
Paralelamente, comienza a reportar
para el periódico Girón de Matanzas. Los viajes al campo eran los que
más disfrutaba, así el rostro del guajiro de tierra adentro, quedó
grabado para siempre en su corazón y en los amplios archivos de esta
hábil fotógrafa. Rostros, rostros y más rostros. Y en esa danza de
rostros bailaba Vanessa mientras tomaba fotos por los más intrincados
lugares de la geografía matancera.
Luego de trabajar en el periódico
Girón, pasa a trabajar en la Agencia de Informacion Nacional, hoy
Agencia Cubana de Noticias (Corresponsalía Matanzas), reportando todos
los eventos de envergadura ocurridos en el territorio. Fue allí que
conoció su verdadera pasión, se vió ante obras de teatro, conciertos,
presentaciones de libros. Fue así que se identificó como fotógrafa de
espectáculos.
En Cuba participó en varias exposiciones colectivas y
llegó a realizar dos exposiciones personales: "Cuento para hacerte
poema, Matanzas" y "Pájaro y luna", esta última inspirada en el libro
del mismo nombre de su abuela.
En el año 2008 llega a los Estados
Unidos para reunirse con su padre y el siguiente año comienza a trabajar
como fotorreportera para el periódico El Nuevo Herald, donde le dan la
oportunidad de tener su propia sección de entrevistas y fotos. Comienza
entonces Vanessa a recorrer Miami entrevistando y tomando fotos por
doquier.
En territorio americano participa en una exposición
colectiva de fotógrafos en la Galería Aba House y realiza su primera
exposición en solo, como parte del Proyecto Zu en la galería del mismo
nombre. Hoy trabaja en su segundo proyecto expositivo, esta vez de mayor
envergadura. Y que según palabras de la propia fotógrafa, hará retumbar
la ciudad.
El día 25 de Diciembre del 2009 viene por primera vez el
grupo cubano Buena Fe a Miami y Vanessa, cámara en mano, entre bailes y
tarareo de canciones, logra la serie de fotos "La otra orilla" que
luego la hacen merecedora de un premio en el XI Festival Internacional
de Documentales Santiago Alvarez in memoria, realizado en Santiago de
Cuba en marzo del 2010.
Con Cuba tengo proyectos también. Luego de
exponer en Miami pretendo hacer una exposición en La Habana - nos dice
sonriente la fotógrafa-. Tambien sueño con que el gobierno cubano acabe
de dar el permiso para llevar a cabo un proyecto que tengo desde hace
años con Spencer Tunick, consistente en fotografiar multitudes desnudas
en La Habana pero esas son palabras mayores -Y ríe aún más-. Trabajar al
lado de Spencer Tunick es el más grande de mis sueños- expresa ella. Es
el fotógrafo que más admiro en el mundo y tengo la dicha de ser su
amiga.
Trabajando para El Nuevo Herald conoció el sufrimiento de los
exiliados, cuando en el restaurante Versailles era rechazada por venir
representando a este medio de prensa. Así conoció el sinnúmero de presos
políticos, conoció de los muertos, los torturados, los perseguidos.
Allí fué que realmente conoció la Cuba que su abuela le había ocultado
desde niña.
Allí conoció que existían mujeres marchando
pacíficamente por las calles de La Habana, vestidas de blanco y con
gladiolos en las manos, exigiendo la liberación de 75 inocentes que
guardaban prisión por soñar una Cuba libre y democrática. Fue entonces
que decidió solidarizarse con las Damas de Blanco y comenzó a marchar
con ellas. Pero su marcha no era por las calles de La Habana ante las
cámaras de televisión, realizó su marcha por los pasillos de El Nuevo
Herald, demostrándole así a la directiva de ese periódico su desacuerdo
con la insensibilidad que los ejecutivos de dicha publicación
demostraban ante el dolor de todo un exilio. Su sección de entrevistas
cada día se enfocaba más en el dolor de esos cubanos. Es entonces que
escribe su artículo periodístico: ¿Por qué gritan los viejos del
Versailles?. Artículo que en vano colocó sobre el buró del director del
periódico, expresándole su desacuerdo con la política editorial de este
medio de prensa. El artículo, como era de esperar nunca fue publicado
por El Nuevo Herald, pero en el mes de septiembre del 2010 fue
publicado por el periódico Los Tiempos y hoy lo puedes encontrar en este
blog.
Durante el tiempo que trabajó en El Nuevo Herald tuvo la
oportunidad de fotografiar en vivo a grandes estrellas de la música como
Buena Fe, Los Aldeanos y Eros Ramazzotti. Sus sueños los resume en
estas palabras, No quiero morirme sin antes haber fotografiado en vivo a
grupos como Aerosmith, Deff Leppard, Linkin Park..... y toda una larga
lista de grupos que admira la artista.
La calle ocho era un mar de
personas, Gloria Estefan convocaba una marcha de apoyo a las Damas de
Blanco y Vanessa, subida en lo alto de la escalera de un carro de
bomberos disfrutaba el aire rozando su piel, mientras tomaba las fotos
históricas que El Herald quiso comprar y ella se negó, pues las querían
poner en la segunda página. Yo respeto mucho mi trabajo (me dice) ¿Cómo
van a poner en página dos unas fotos que merecen ser desplegadas a toda
página en primera plana?. (Las fotos fueron colocadas por la artista en
Facebook y rompieron récord como las fotos más vistas en la historia de
la red social hasta el momento.) Esas fotos van en la expo que planeo.
Las voy a imprimir lo más grande que pueda - me dice con orgullo.
Hoy la puedes encontrar vestida de blanco, cual ángel caído del cielo,
caminando por las calles de Miami, cámara en mano, deteniéndose ante
cada desamparado, ante cada rostro que enamore a la artista. -De momento
lo hago sólo por placer. Salgo a tomar fotos y las coloco en mi blog.
Luego las comparto con mis amigos y eso me hace feliz.
Esa es
Vanessa Alonso. Dios se manifiesta a través de mis ojos - dice
sonriente- El, a la par mía, oprime el obturador de mi cámara
fotográfica.